En Barcelona, la celebración de Sant Jordi es una tradición profundamente significativa para los catalanes, que se entrelaza con el bullicio de las calles y el aroma de las rosas. Las baldosas de la ciudad, testigos silenciosos de esta festividad, se convierten en un lienzo único donde las personas plasman sus historias, sentimientos y recuerdos.
Este proyecto está inspirado en la tradición de Sant Jordi, una celebración emblemática de Barcelona que combina cultura, amor y simbolismo. Las baldosas icónicas de la ciudad, presentes en cada rincón, actúan como un soporte creativo para contar las historias de los catalanes, sus emociones y sus recuerdos. A través de este trabajo, busco reinterpretar estas baldosas como un espacio donde la identidad visual y las tradiciones se encuentran, creando una conexión entre lo urbano y lo sentimental.
OBJETIVO DEL PROYECTO
El objetivo del proyecto es capturar la esencia de la festividad mediante un diseño que utilice las baldosas de Barcelona como metáfora visual. A través de formas y símbolos sencillos pero evocadores, quiero representar cómo las personas viven esta festividad, dejando huellas de sus emociones en el entorno urbano. La intención es transmitir el valor cultural de esta tradición mientras se exploran las posibilidades estéticas que las baldosas ofrecen como vehículo expresivo.
El proceso creativo comenzó con una investigación profunda de la historia y los elementos que conforman la festividad de Sant Jordi. Inspirado por la simbología de las rosas, los libros y los dragones, exploré cómo estos elementos podían fusionarse con las formas geométricas de las baldosas características de Barcelona. A partir de ahí, realicé varios bocetos que luego fueron refinados digitalmente, prestando especial atención a la paleta de colores y la textura para reflejar el ambiente festivo y urbano de la ciudad. Opté por la técnica del diseño vectorial para crear patrones y símbolos que pudieran aplicarse tanto en medios impresos como digitales.
Este proyecto me permitió explorar la conexión entre tradición y diseño contemporáneo, utilizando un elemento tan cotidiano como las baldosas de Barcelona para darle un nuevo significado visual. La festividad de Sant Jordi, con su mezcla de amor, cultura y comunidad, es una fuente inagotable de inspiración, y a través de este trabajo he buscado reinterpretarla desde una perspectiva gráfica única. El resultado es una pieza que celebra no solo la tradición, sino también la ciudad misma y sus habitantes, mostrando cómo las historias personales pueden quedar grabadas en el paisaje urbano.
